Son alabados a lo largo de milenios por su belleza (solo comparable a la de la escort viajera que te acompañará en este recorrido). Y por su implacable pericia como cazadores. También porque entre ellos se encuentra el animal más veloz del planeta. Los halcones han despertado verdaderas pasiones a lo largo de la historia.
Esto puede sonar algo extraño para nuestros oídos occidentales, pero en medio oriente es muy habitual (entre las clases altas, aclaremos) la cría de halcones, y entrenarlos para ir de cacería con ellos. Se diría que allí es el deporte más popular de la aristocracia, valga la contradicción.
Estos maravillosos plumíferos se agrupan como aves “falconiformes” de la familia Falconidae, comúnmente conocidas como halcones, cernícalos, o alcotanes. A lo largo del mundo se encuentran unas 38 especies. Los halcones, propiamente dichos, incluyen al increíble “halcón peregrino”. Es un verdadero misil emplumado. Su morfología y las características de sus alas le permiten alcanzar velocidades superiores a los 350 kilómetros por hora (en picada) y casi 100 cuando vuela horizontalmente.
Están dispersos a lo largo de todo el mundo, y prosperan en zonas con campos abiertos, pastizales y desiertos. Algunas especies habitan en parajes con montañas elevadas.
Son “depredadores de elite”, con muy pocos rivales capaces de darles muerte. Por eso se ubican en los lugares privilegiados de la cadena alimenticia natural. El peregrino, emblema de la especie, mide entre 34 y 58 centímetros de altura, con una envergadura de 74 a 120 centímetros. Su peso varía entre 500 y 1500 gramos. Se trata de un ave mediana, pero la hembra es un 30% más larga y más pesada que el macho.
Devoción milenaria
Por centurias, y en diversas civilizaciones, el halcón ha sido considerado como un símbolo celestial, con los atributos de lo luminoso y masculino. En el antiguo Egipto era el ave simbólica por excelencia gracias a su belleza, su fuerza y su poderoso vuelo. Sostenían que un halcón era parte del alma de una persona, que salía volando de sus restos mortales, para existir entre los seres vivos.
Era el animal sagrado que acompañaba al dios-Sol Ra. Y estaba el dios Horus, representado como un halcón o un hombre con cabeza de halcón. Era también el ave real de cacería y símbolo natural de la vida en las cortes imperiales. Aparece frecuentemente en escudos y otros símbolos heráldicos. Por ejemplo, figura desde 1918 en el escudo de Ucrania.
Si visitas museos de Europa con tu escort viajera, notarás que en el Renacimiento era habitual ver, en pinturas y esculturas, halcones que simbolizan la esperanza de una luz que algún día alumbrará las tinieblas.
Símbolos y bellezas por descubrir junto a tu escort viajera
Hay mucho más: Cómo dijimos, Horus, dios egipcio del cielo, estaba representado por esta ave. En la mitología romana, los halcones estaban asociados a Júpiter (o Zeus, según la mitología griega), el gran Rey de los dioses. Para los griegos, el mensajero de Apolo era un halcón.
En el este y el sureste de Asia, al este de Rusia y en el sur del Asia menor, los halcones son símbolos de fuerza, y poderosos guerreros despiadados. También han sido tomados como símbolos de habilidad militar y de victoria en la guerra.
Es decir, que se trata de un pájaro con muy “buena prensa” a lo largo de los siglos. Siempre se lo ha asociado a la victoria, al poder divino y a los dioses del cielo. Y encontrarse con uno o soñar con ellos, es un augurio de creatividad, de crecimiento, de poder y claridad. Nada mal para un despiadado cazador.