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LA ELEGIDA DE LAS PRINCESAS, LAS ESTRELLAS Y LAS ESCORTS VIP

No siempre fue un ícono de la moda, reverenciado por las más encumbradas mujeres del “jet set”, las celebridades del espectáculo y las escorts Top del mundo. Nació en medio de una gran pobreza, de la que salió a base de talento y trabajo: es Gabrielle Chanel. Fue mundialmente conocida como “Cocó”, pero nació en el Hospicio General de Saumur, un hospital público de esa ciudad que gestionaban las Hermanas de la Providencia. Fue el 19 de agosto de 1883.

Su familia era humildísima, vivía en condiciones muy precarias. De hecho, de los cinco hijos de sus padres, los tres varones fueron entregados a la asistencia pública. Las dos chicas (Gabrielle-Cocó y su hermana Antoinette) fueron recluidas en el convento de Aubazine-Corrèze, gestionado por estrictas monjas. Allí Gabrielle y su hermana recibieron una alta disciplina. Aprendieron a coser, bordar y planchar.

Al principio fue algo que Cocó negaba, porque había inventado una historia sobre el origen burgués de su familia. Más tarde, en su madurez, lo reivindicaría, valorando esos duros tiempos como fundacionales para su posterior desempeño en la vida. Cuando cumplió 18 años, fue enviada a un internado religioso en Moulins, ciudad donde estaban sus abuelos paternos. Allí se formaban profesionalmente a chicas sin recursos, que luego encontraban empleo más fácilmente.

De las escorts Top a las princesas, no dejó a nadie indiferente

Pronto las dos jóvenes comenzaron a trabajar en una sastrería como ayudantes. Gabrielle se aficionó a cantar en uno de los clubes nocturnos de la ciudad, porque se sentía muy atraída por el mundo del espectáculo. Allí recibió el apodo que la inmortalizaría: “Cocó”, por los nombres de dos canciones que repetía en cada presentación. En 1906 se traslada a Vichy, una ciudad turística con muchas salas de conciertos y bares con shows, tratando de tener éxito como cantante.

A sus veintidós años, se enamoró de un joven burgués muy rico, con quien estuvo seis años. Con él tuvo una vida de lujo, juegos y fiestas. Pero eso no era para ella, porque quería dejar su marca en el mundo. Quiso persuadir a su amante de que financiara la apertura de una sombrerería. Pero él no se convencía, y por eso ella decidió fugarse a París con un jugador de polo que era uno de los mejores amigos de su querido.

Paris mon amour

En París, Cocó seguía aferrada a la idea de abrir una casa de modas. En 1914 compró en las famosas Galerías Lafayette varias docenas de sombreros que ella misma reformó y vendió. Fue un éxito. Llevó sus sueños a la acción, lanzando su propia línea de moda, que consiguió muy buena recepción entre clientes de la burguesía parisina. Las escorts Top de la época la adoraron.

Con esas ganancias abrió su primera tienda parisina, y luego se lanzó a la apertura de una segunda en la aristocrática localidad balnearia de Deauville. Allí pudo imponer sus creaciones entre la gente “cool” de la época. Dado el éxito, abrió la tercera tienda en Biarritz. Para entonces, Cocó ya tenía 300 empleados.

Más adelante, con su línea de perfumes (sobre todo el icónico “N.º 5”, una verdadera leyenda) sus colecciones de ropa, zapatos y accesorios renovados todos los años sin falta, más una actitud que ignoraba cualquier obstáculo y le pasaba por encima, hizo escuela. El resto es historia.

Ir a fondo

Se atrevió a acortar la longitud de las faldas, a descubrir los tobillos femeninos, impulsó a las mujeres a cortarse el pelo (creando el estilo “garzón”) Además, tuvo el atrevimiento de tostarse al sol cuando el broceado se consideraba sinónimo de pertenecer a las clases bajas. Ella revirtió ese paradigma. Impuso una gran delgadez, que hizo furor entre sus clientes. Y popularizó las polleras estilo marinero, los pantalones femeninos, trajes para mujeres, y muchas disrupciones más.

Sobre todo, le quitó a la vestimenta mujeril la aparatosidad de los miriñaques y demás estructuras rígidas que venían del siglo XIX o antes, y la reemplazó por la fresca y práctica elegancia de lo sencillo. Como sea, su apellido es una marca que trasciende las épocas.