Pronto visitarás (o al menos desearás visitar) los países árabes, con una escort de clase mundial, por supuesto. Porque allí se celebrará, justamente, el campeonato mundial de futbol. Es razón suficiente para que resulten aún más atractivos de lo mucho que ya son.
Se trata de sociedades tan distintas a todo lo que acostumbramos en occidente, que resultan de una fascinación irresistible. Reforzada, claro, por los mitos, leyendas, literatura, cine y muchos “insights” que tenemos internalizados, aunque ni nos demos cuenta.
Lo cierto es que todo es distinto allí, y todo se trata de maneras que para nosotros pueden ser impensadas. La alimentación, la religión, la diversión, la sexualidad (¡cuidado con las efusividades!) la vestimenta, el transporte, el arte… y las mascotas. De todas las posibles, hay una qué despierta veneración, y se hace acreedora de un trato VIP como ninguna otra. Todas lo merecen, desde ya, pero hay una que los occidentales jamás consideraríamos “mascota”. Bueno, en realidad allí tampoco lo es: se trata de una pasión con alas.
Cazadores mimados
Recorriendo Doha, la capital de Qatar, podrás toparte con un estupendo establecimiento llamado “Souq Waqif”. Está en el centro histórico de la capital, y se trata de una modernísima clínica. Tiene equipamiento de última generación y personal multilingüe de varias nacionalidades.
Ahora bien: ¡Sorpresa! ¡Todos los pacientes son halcones!. Si queremos entender algo tan sorprendente para nuestro “mindset”, debemos saber que se trata de animales extremadamente amados en la península arábiga por su habilidad como cazadores. Son un símbolo de status que evoca el pasado beduino de la población. Hoy los ven como joyas emplumadas. El vínculo entre el halcón y su propietario-entrenador de cacería-cuidador (el halconero) es muy conocido desde el período paleolítico. Ya desde entonces se han encontrado imágenes de personas interactuando con halcones en las paredes de muchas cuevas.
Esa relación resuma amor en cada manifestación, y encuentra una de sus cumbres en esta clínica. Que por cierto no es para nada la única en la península árabe. Cada uno de los emiratos o principados tiene una o varias.
Halcones “VIP”, escort de clase mundial y diversión milenaria
Los hospitales públicos, como el Souq Waqif, brindan atención especializada para los halcones enfermos o heridos. O que simplemente van a hacerse un chequeo de rutina, para vigilar su estado general. Llegan unas 30.000 aves por año. Se llena de gente que lleva sus halcones para que los revisen, les reemplacen plumas, tengan cirugías, tratamientos ortopédicos, e incluso algo parecido a manicura o pedicura. En este caso, cuidado de las garras.
Sucede que estas bellezas aladas pueden sufrir algunos percances durante las prácticas de “cetrería” (caza con halcones, el deporte nacional). Al capturar a sus presas, podrían perder plumas o rasparse el pico, por ejemplo. O golpearse de alguna manera.
Es que todas y cada una de las plumas son esenciales para su vuelo. Y para su salud. De modo que hay métodos para reemplazarlas por otras de igual tamaño, color y demás características. Y como además de torneos de caza, hay carreras y “concursos de belleza”, sus dueños se esmeran porque estén siempre impecables y en óptimas condiciones.
Dicen quienes han observado de cerca esta particular relación entre humanos y aves, que los dueños de halcones tratan a sus pájaros como a niños pequeños. Y que el sorprendente cariño que puede demostrar el ave contrasta con la ferocidad de su instinto cazador y su impiadosa efectividad.
Es otro contraste como el que presenta la ciudad: casi irrealmente futurista y avanzada, pero de costumbres milenarias.